Crítica a "Legado de la Fuerza: Traición" (2006)
Por Vogga el Hutt
"Hay veces en que el fin justifica los medios. Pero cuando construyes un alegato basado en toda una serie de tales momentos, puedes descubrir que has construido toda una filosofía del mal"
- Luke Skywalker

La etapa final del Universo Expandido conocida como la Era del Legado, inicia con la serie de novelas "Legado de la Fuerza", escrita por los autores Aaron Allston, Karen Traviss y Troy Denning, quienes a lo largo de la historia se intercalan nueve novelas consecutivas que narrarán los acontecimientos de la caída de Jacen Solo al lado oscuro y de una nueva fragmentación política en la galaxia que dará lugar a una tercera gran guerra en menos de un siglo.
Es Aaron Allston quien tiene el honor de comenzar con el primer libro titulado "Traición", una clara referencia a la obra de Matthew Stover en el año 2002, "Traidor". Y es que ambas novelas están estrechamente relacionadas, pues en esta última mencionada es donde se sentaron las primeras bases para el desarrollo pecaminoso de Jacen Solo y la desvirtuación del concepto dualista de la Fuerza. No solo eso, pues también se profundiza en lo que la Orden Jedi de Luke Skywalker interpretará más tarde como la Fuerza Unificadora y que será parte del nuevo paradigma filosófico relacionado al uso de la Fuerza.

Por supuesto, esa no será la única novela de la cuál se agarre Legado para surgir. Recordemos que anteriormente han ocurrido tres grandes conflictos en la galaxia: Las Guerras Clon, la Guerra Civil Galáctica y la Guerra Yuuzhan Vong. Todas estas serán un eje fundamental para explicar el porqué de la gestación de una nueva guerra civil y, asimismo, la presencia de personajes desaparecidos aparentemente en el tiempo. Esto se desprende obviamente de la gran brecha existente entre la estructura creativa del Universo Expandido y la de George Lucas, y que, como forma de cohesionar todas las historias de la saga, se intenta abordar la mayor cantidad de conceptos posibles.
La galaxia sigue recuperándose de la guerra contra los yuuzhan vong que ha terminado con la muerte de 365 trillones de seres en todo el conflicto, pero a pesar de eso, nunca ha existido una era tan estable para la galaxia; los enemigos de tiempos pasados ahora son los más fervientes aliados y se han unido bajo la instauración de una Alianza Galáctica. Por su parte, Luke Skywalker ha logrado restaurar la Orden Jedi y les ha otorgado nuevamente su papel como los guardianes de la paz y la justicia. Sin embargo, todo esto se ve amenazado por la aparición de una coalición secesionista en Corellia que está dispuesta a desligarse por completo del Nuevo Orden, repitiéndose una situación similar a lo vivido durante la etapa pre-Guerras Clon con el movimiento separatista del Conde Dooku, cosa que podría ser considerado repetitivo y poco original para algunos.

Esta situación no solo fragmentará a la Alianza Galáctica desde dentro, sino que afectará la relación de la familia de los Skywalker y Solo como nunca antes se había visto. Este es el punto más fuerte de la novela (y de la serie, en general), pues durante la construcción del Universo Expandido, aunque sí se abordaron desavenencias entre los protagonistas clásicos, nunca se había intentado romper lazos tan bruscamente. Y es aquí, donde encontramos la primera y más importante diferencia con lo que se plantea en las precuelas, ya que introduce directamente un conflicto familiar en todo su esplendor, convirtiéndose en el núcleo de la historia. Ya no se trata de la receta del grupo protagonista que se enfrenta a una amenaza en común, estamos viendo que la propia dinámica de una familia se desintegra a medida que avanza el conflicto. Es muy triste, pero a la vez satisfactorio, el cómo se desarrolla esta arriesgada apuesta de poner en lados opuestos de la guerra a personajes que siempre estuvieron unidos.
Para complicar las cosas, al ser Corellia el ojo del huracán, los famosos héroes corellianos de antaño como Wedge Antilles, Corran Horn y el mismísimo Han Solo, se ven cuestionados e incluso oprimidos por la Alianza Galáctica, el gobierno por el que tanto sacrificaron hace algunos años. Esto impulsa también a que la AG sea considerada peligrosamente como un nuevo Imperio Galáctico, dándole más fuerza y legitimidad a las decisiones del Gobierno de Corellia, incluso cuando eso implica la militarización ilegal. En este aspecto, Allston le da solidez y realismo a la política inmersa detrás de todo, superando por mucho la explicación vaga que se le da al comienzo de las Guerras Clon, por ejemplo.
Detrás de todo este caos, está el intrigante papel de un "enemigo desconocido" que posiblemente esté orquestando las tensiones entre ambos grupos, ¿Muy familiar no? Pero, por supuesto, eso es lo que menos importa por ahora. Las razones para justificar la guerra están puestas sobre la mesa y la intervención de un tercero con suerte puede acelerar lo inevitable. No, el propósito de este " nuevo enemigo" es mucho más grande y revelador, y hacia el final de la obra habrá un giro inesperado de los eventos que habrá sacado un tornillo a más de un fanático de la saga.

Vemos que Allston se arriesga a llevar un paso más allá las ideas de Troy Denning en la Trilogía de Nido Oscuro, forzando peligrosamente cierto poder de la Fuerza para justificar parte importante de la trama de la serie. Es algo innovador y espeluznantemente emocionante, sin duda, pero que deja un vacío enorme en la supuesta figura antagonista, llevándonos a pensar que realmente todo el motivo del conflicto puede darse sin ella. Se siente como una manera ingeniosa del autor de decirnos que en la guerra ambos lados son culpables, que no hay buenos ni malos.
Otro gran riesgo que tomaron para el inicio de la serie, fue ofrecer nuevos conceptos filosóficos que rompen con todo lo concebido previamente en el Universo Expandido, que puede ser un verdadero dolor de cabeza si no se tienen conceptos previos como el "Potentium" o la verdad yuuzhan vong acerca del "Dolor". A pesar de esto, la propuesta funciona correctamente y sustenta las bases para un cambio completo de paradigma para lo que conocemos como los " Jedi" y "Sith", sin embargo, lo preocupante no es que sea algo extravagante, sino de dónde exactamente proviene. Y aquí, según mi criterio, surge el mayor problema de Legado, pues en esa mentalidad ambiciosa de cohesionar toda la historia, se comete el error de traer elementos de la Era Pre-Zahn (todo lo anterior a la publicación de la novela Heredero del Imperio), dejando un vacío enorme en la trama y que los autores justifican con diálogos sin sentido y a veces contradiciendo aún más la cronología.

Como dije en un principio, la interacción de los personajes es por lejos lo mejor de la obra, porque incluso la acción que se presenta, a pesar de estar muy bien narrada, es rápidamente cortada para dar paso a una suerte de receso sin mayores consecuencias (Como veremos en las futuras entregas, este ciclo se repite). En otras palabras, el desarrollo de la historia puede llegar a ser intrigante, divertido y emocionante, pero en algunos de sus puntos críticos es desafortunadamente anticlimático.
Conclusión
Sumando los altibajos que pueda tener la historia, realmente Aaron Allston no decepciona y da un buen comienzo para la Era del Legado, ofreciendo un conflicto emergente que puede hacerte sentir muchas emociones al mismo tiempo. Afortunadamente el ritmo de lectura es ligero, los escenarios están muy bien descritos y los diálogos son muy entretenidos, pero no recomiendo empezar por esta novela a menos que hayas leído un resumen de los casi treinta y seis años transcurridos desde El Retorno del Jedi.
CALIFICACIÓN
Lectura "recomendada"
