The Book of Boba Fett: Crítica episodio 6
Por Green
Esta reseña contiene spoilers.
The Book of Boba Fett estrenó su sexto y penúltimo episodio hace unos días, con una trama que termina -haciendo uso de un reparto coral de personajes- de preparar el conflicto por Tatooine que la serie ha anticipado desde el comienzo.
Lo que es el paso antes del final de la segunda serie live-action de Star Wars cuenta con la dirección y coescritura de Dave Filoni, un veterano en las series de Star Wars desde su trabajo en la animación con The Clone Wars y Rebels y quien es también uno de los nombres más importantes en The Mandalorian. El episodio, titulado From the Desert Comes a Stranger, matiene ese quiebre en la narrativa que presentó el episodio anterior y sale de Tatooine y de la cabeza de Boba Fett para recorrer la galaxia junto a Din Djarin. Pero a medida que el episodio avanza, la narrativa regresa a Tatooine y si bien el papel individual de Boba queda reducido a solo una escena, quedando en claro que The Book of Boba Fett no es una miniserie exclusivamente sobre Boba, sino que es un verdadero evento que gira alrededor de este conflicto (y los personajes involucrados en él) contra los Pykes que mantiene Fett en Tatooine.
La anterior particularidad de la narrativa lo refuerzo el hecho de que este episodio se dedica a seguir tres lugares diferentes en la previa de este anunciado conflicto: Din Djarin, quien busca a Grogu para darle el objeto de beskar realizado por la Armera y tras tomar una decisión regresa a Tatooine para colaborar con Fett; Luke Skywalker, quien ajeno por ahora al conflicto entrena a Grogu y le hace elegir su camino; y Cobb Vanth, quien todavía protege Mos Pelgo y se enfrenta al avance de los Pyke en Tatooine, debiendo confrontar a Cad Bane. Estos tres frentes narrativos que recuerdan mucho a la narrativa de ciertos cómics o novelas de la franquicia, evidencian como el conflicto central de la serie, El libro o saga de Boba Fett en Tatooine, ha ido creciendo de tal manera que los acontecimientos no solo los mueven las acciones de Boba, por más que él siga siendo el personaje central y es de esperar que el próximo episodio insista en esa idea.
Regresando al frente narrativo de Din, ahí es donde empezamos a ver a todo el equipo de ILM brillar con el uso de efectos especiales, con una espectacularidad que se mantiene por el resto del episodio. El efecto de rejuvenecimiento del Luke de Mark Hamill, si bien todavía está lejos de la perfección y hay escenas donde no se ve tan bien como en otras, es una gran mejora respecto a como le vimos en The Mandalorian. Esta aparición de Skywalker acompañado del bueno de R2-D2 deja en claro como este universo de series de Disney+ relacionadas al mundo de The Mandalorian (Siendo la historia de turno la del conflicto de Boba) y post Retorno del Jedi no tiene límites en cuanto a personajes conocidos ni la edad de sus intérpretes. Eso mismo ocurre con el regreso de unos minutos de la Ahsoka de Rosario Dawson, quien hace de intermediaria tanto para el enfoque narrativo de Djarin como el del hijo de Anakin Skywalker. La interacción de Ahsoka con Luke si bien funciona como un paréntesis para anticipar la serie de la ex Jedi y de paso cumplir el sueño de muchos fanáticos, así como todo el montaje que homenajea a The Empire Strikes Back sorprendemente no se siente fuera de lugar y funciona dentro de una serie titulada The Book of Boba Fett cuando una vez más la serie deja en claro que tiene una narrativa de evento galáctico, por más que el tono de los primeros episodios no haya anticipado este giro.
Más allá de Skywalker y Grogu, Din regresa a Tatooine y así el foco de la serie vuelve a ser la inevitable guerra entre sindicatos que va a someter el planeta, por más que como ya he hecho mención la aparición de Boba y Fennec se reduzca a una sola donde aprovechamos de ver reunido a todos los integrantes del equipo que el ex cazarrecompensas creó para hacerle frente a los Pykes. Esta reunión por más que sea breve y los personajes no tengan desarrollo ni motivación más que servir, ver todo ese grupo que la serie ha estado presentando reunido se vuelve satisfactorio. Pero no todos esos personajes son suficientes para hacerle cara a los Pykes, por lo que Djarin decide buscar ayuda en Mos Pelgo, pasando la narrativa a centrarse en Cobb Vanth. Este último fragmento del episodio permite a Filoni destacar en la dirección tomando mucho del spaghetti western de Sergio Leone y construyendo una gran tensión una vez que entra la acción con cierto personaje que salta de la animación al live-action: Cad Bane. Los efectos tras la creación de esta versión de Bane no solo son excelentes, sino que su presencia en pantalla sin mucho contexto dice lo necesario para el público ajeno a The Clone Wars y The Bad Batch (que es un letal cazarrecompensas al servicio de los Pykes).
Tras el duelo, la serie vuelve a visitar un lugar recurrente de Mos Espa de sus primeros episodios, solo para destruirlo y demostrar que los villanos por más que sean los malos de turno, en verdad son una amenaza para la facción protagonista del Libro de Boba Fett. Lo último del episodio es Skywalker haciendo que Grogu tome una difícil decisión, concluyendo en un cliffhanger interesante pero que a la vez, hace temer que la tercera temporada de The Mandalorian haga un reinicio respecto al final del tercer ciclo y tenga de regreso a Grogu con Din Djarin.
En síntesis, el sexto episodio de The Book of Boba Fett es un sólido recorrido por los lugares y personajes involucrados en esta cruzada contra los Pykes en Tatooine de Boba Fett, que deja en claro la particularidad de la narrativa de la serie al saltar de enfocarse en Fett a enfocarse en el conflicto más global a medida que la guerra de sindicatos crece. Hay fanservice pero incluso la aparición de ciertos personajes que uno no esperaría ver viendo la propuesta inicial de la serie, funciona cuando uno deja se deja llevar por el particular recorrido narrativa de esta miniserie derivada del mundo de The Mandalorian.